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Mostrando entradas de junio, 2011

BIZCOCHOS ASESINADOS

SECUESTRAR BIZCOCHOS PARA DEJARLOS MORIR. Se empieza por secuestrar cubanitos, bizcochos de anis. Los guardas pensando que son todos tuyos y que no quieres ver como los demás los comen porque disfrutan con ellos y la mañana se les hace menos pesada. Tienes cientos de ellos, QUE NO SON TUYOS QUE SON DE TODOS,  pero te obsesiona la idea de que se acaben engullidos por las boquitas ávidas de los demás. Empiezas por guardarlos en una bolsa con excusas absurdas y los  escondes en tu secreter privado. Gruñes cuando alguien se acerca porque son tuyos y sientes el poder de los bizcochos cubanitos que te enaltece. Giras y volteas porque atesoras aquello que los demás añoran y te ríes, te carcajeas porque sólo tú tienes la llave de la alacena. A la mañana siguiente te envarga la satisfacción al saber que la búsqueda de los golosos es infructuosa porque sólo tu comerás bizcochitos cubanitos de anís, y de tanta alegría se te pasa la mañana y no los pruebas. Mañana los comerás a escondidas y lu

1.ARRANCAR LAS MALAS HIERBAS

EFICACIA LA DE ATILA Y SU CABALGADURA: Me río yo de la depilación láser al lado de lo que el chorvo hacía con la hierba. Si me descuido mi cajón de las cosas para no olvidar se convierte en campo de malas hierbas de lo abandonado que lo tengo. He cogido la podadora y Atila me echará una mano. La felicidad me entontece y me embauca. Me deja el dobladillo de la alarma en opción de bajo consumo y vienen los pérfidos y me roban la merienda de pan y chocolate. Al próximo que se acerque le tendré que moler los huesos con mis afilados colmillos de peligro incipiente, que bien es sabido que si en ocasiones no vale con ser un buen consejo no es descartable ser una terrible amenaza. La culpa la tiene Vikie el Vikingo y los volantes de los vestidos de gitana, Punset, las bicicletas que te muerden cuando te paras y los ojos de los gatos que miran mas allá de los geranios negros de madrugada. La culpa, la culpa, siempre la culpa, como si buscar al culpable fuese antes que darle solución al caos