¡No a nosotros, Señor, no a nosotros! ¡Si no a mayor gloria de tu Nombre!; entonces, bajando las lanzas y espoleando caballos, se arrojaban, envueltos en una nube de polvo, como una tempestad sobre el enemigo...
Que no se desvanezcan los actos insólitos y valientes, aunque sean estúpidos, porque estúpidos son los que nunca fueron ni insólitos ni valientes y valientes son los que aunque estupidamente, sueñan con lo insólito.
Porque lo insólito de pronto se hace cierto.
Porque lo valiente acaso se traza en himno.
Porque lo estúpido no siempre es necio.
Porque cada destino empezó siendo camino.
Comentarios
Genial, como siempre. Un beso.