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COMPRAR A CONTRAPELO, POR VIRGINIA LANCHA

Quieres leer A contrapelo pero andan cerrando las librerías del Barrio y en la Fnac, en El Corte Inglés y similares solo encuentras aquellos que tienes que terminar por comprar si o si, porque tienen para pagar esos expositores tan caros. 
No tienes pasta, porque son tiempos duros: en ebook, a través de Itunes y La Casa del libro, lo tienes a 1'99. ¿ Te arriesgas a piratearlo a ese precio?.


https://itunes.apple.com/es/book/a-contrapelo/id651392950?mt=11


¿Eres amante del papel y de los libros dedicados?. Yo te lo haré llegar. Escríbeme a 

acontrapelo2013@hotmail.es.

Precios especiales. El mejor regalo, un libro personalizado.


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EFICACIA LA DE ATILA Y SU CABALGADURA: Me río yo de la depilación láser al lado de lo que el chorvo hacía con la hierba. Si me descuido mi cajón de las cosas para no olvidar se convierte en campo de malas hierbas de lo abandonado que lo tengo. He cogido la podadora y Atila me echará una mano. La felicidad me entontece y me embauca. Me deja el dobladillo de la alarma en opción de bajo consumo y vienen los pérfidos y me roban la merienda de pan y chocolate. Al próximo que se acerque le tendré que moler los huesos con mis afilados colmillos de peligro incipiente, que bien es sabido que si en ocasiones no vale con ser un buen consejo no es descartable ser una terrible amenaza. La culpa la tiene Vikie el Vikingo y los volantes de los vestidos de gitana, Punset, las bicicletas que te muerden cuando te paras y los ojos de los gatos que miran mas allá de los geranios negros de madrugada. La culpa, la culpa, siempre la culpa, como si buscar al culpable fuese antes que darle solución al caos

MARCAR TERRITORIO

Animalitos territoriales. Lamiéndose la pata en lo alto de la empalizada mientras otean su reino ante la incertidumbre de cuanto durará la calma antes de que, de nuevo, un nuevo bichito entre a hurtadillas y pretenda alzar la meada contra un tronco recóndito, inundando de su esencia todo el rincón, con el viento como cómplice hasta que las uñas, en todo lo alto, devuelva el honor al defenestrado... o no...

LEYENDO OLORES

Huelo cartas, sobre, formularios, fotocopias… Acerco mi nariz a ellas y les encuentro la huella del que la completó para mí. Las hay que huelen a tristeza. Es un olor apenas formulado, suele tener un tacto frío. Los documentos que huelen a prisa suelen estar doblados y la tinta de la impresora de chorro aun está fresca. Luego están los que huelen a casa, a cebolletas por haber compartido la bolsa de la compra, a salsa de soja, a especias los de aquellos que están aquí pero son de allí. Los hay que huelen a calor humilde, a fogón antiguo, documentos ahumados como aquellos que los traen con sus ropas gordas, invernales , y las manos ásperas de trabajar mucho muchísimo. Hay papeles que huelen a perfume empalagosos, dulzones. También hay h ojas que huelen a colegio, a sacapuntas , a goma de borrar, a bolis de colores. Los hay mejor o peor vestidos. Envueltos en fundas de plástico , en sobres demasiado pequeños o demasiado grandes, en carpetitas de publicidad, en carpetas de gomas f