No puedo pensar en lo sorprendente y lo sencillo que resulta vivir casi siempre: se vive sin querer y a pesar de no ponerle demasiado empeño al asunto la mayor parte del tiempo. No puedo pensar en lo frustrante que será el día que descubra que ya no hay más créditos ni más monedas y ya no me queden vidas de gato ni de nada que resucite aunque sea de mentira. Recuerdo haber pasado por todos los cuentos que pensaba pertenecían a otros personajes y disfrutar de cada una de sus victorias y también sus derrotas de cuento. Agradezco los maquillajes en los morados que me quedan fruto de todas esas peleas imaginarias que mantuve inútilmente con cada uno de los fantasmas a cuyas sábanas me así con la desesperación de las últimas oportunidades. Me quedo con el agua. El agua siempre limpia, refresca, calma y sirve para hacer infusionar el té. - ¡Que le cooooorten la cabeza! - dijo la reina. Y yo me retiré el pelo de la nuca y me puse a cuatro patas, las de morir, se entiende, que no las otras
Soy la tierra de tu nadie. La pendeja cazadora de frases con mejor intención que acierto, como la de que AMES DE VERDAD Como si se pudiese amar de mentira y seguir siendo eso que empieza con su legítima A y que se muere en su pertinaz R No quiero que hagas las cosas con buena intención, LAS QUIERO SOLO INTENCIONADAS. Quiero que se me clave TU MALDITO anillo de púas cuando me aprietes la mano y que la sangre se quede de puntillas en el precipicio de mi piel con un Uyyyyyyy en los labios demasiado rojos como para que la decencia se quede a cenar. Si matas a todas las bestias que viven en el cajón con llave del fondo del pasillo es muy probable que tengamos que cazar bestias nuevas para encadenarlas a nuestro propio infierno. Además, solo tengo una pala y la tierra está tan dura que no tengo ganas de enterrar ningún fantasma escurridizo. Dejemos pues a n