Ir al contenido principal

MARCAR TERRITORIO


Animalitos territoriales. Lamiéndose la pata en lo alto de la empalizada mientras otean su reino ante la incertidumbre de cuanto durará la calma antes de que, de nuevo, un nuevo bichito entre a hurtadillas y pretenda alzar la meada contra un tronco recóndito, inundando de su esencia todo el rincón, con el viento como cómplice hasta que las uñas, en todo lo alto, devuelva el honor al defenestrado... o no...

Comentarios

Srta. Nostalgia ha dicho que…
Me encanta tu nuevo diseño. Ya era hora de que dieran más vida a las opciones de diseño.

¿Estás intentando marcar territorio en algo, mi querida Oráculo? Si es así, déjame decirte que no te hace falta. Tú, de por sí, te diferencias del resto de la mediocridad, nadie puede pisar tu terreno sin sufrir las consecuencias. Un beso.
llamameloca ha dicho que…
Me da en la nariz que no es cuestión de que el Oráculo busque marcar territorio... sino que otr@s son los que tratan de marcarlo para lo que pueda venir...
Anónimo ha dicho que…
Y digo yo, que no estoy aquí para pensar, "animalito, no te cansas de marcar territorio?"
Como no pienso, se me olvidaba que tu vida es tan pobre que lo único que te llena es "tu" territorio, que por cierto no es tuyo.
El que te cede el territorio es porque no tiene personalidad. Y el que no te lo cede?.........
Attica es una gata negra, vieja, que vive en el garaje entre el Volvo y el saco de boxeo. A su edad ha dejado de pelear con todos los que quieren hacer suyo el territorio porque ha descubierto que los territorios son promiscuos por naturaleza. En cuanto a los gatos especialistas en poner la pica en Flandes, Attica sonríe gatunamente esperando sencillamente que llegue el siguiente.
Bienvenidas todas al templo. Se admiten sugerencias: Tengo la visiones que echan humo.
Anónimo:

El que no cede un territorio perdido se convierte en un opositor a necio y corre el riesgo de morir por "tontada manifiesta".
Legítimo es luchar por lo que nos pretende ser robado, pero hay pertenencias que por esencia, siempre son ajenas.

Bebamos cava del que deja los brazos flojos.
llamameloca ha dicho que…
Cava, Martini y orujo casero de pueblo!!!!
Larisa ha dicho que…
Son preciosos. Creo que hasta vomitando sobre la guía de viajes serían preciosos. Ay, la pasión, que nos ciega. De ahí a la zoofilia...

¡¡Calla, depravada!!

¿Se llama Attica? Adorable.

Estuve en Eleuisis. Y me acordé de Hades, de Perséfone, de Démeter y de toda la familia.

Bicos.
llamameloca ha dicho que…
Por fin es jueves!!!
Y mañana viernes.
Yupiiiiiiiiiiii
Madre mía: esta entrada ha dado para mucho. De lo evidente a lo menos evidente pasando por alguna amenaza velada que me he pasado, of course, por el arco del triunfo. Que sería de mi sin vosotras!.
Larisa, la gata Attica te manda saludos y marramiaus.
Srta. Nostalgia: me encanta el reflejo de mi imagen que me devuelve el espejo de tus letras.
Llámame loca: si te digo que hoy te confundieron con una compañera de trabajo....
Anónimo: Mas razón y te mueres de empacho.
Y a los que me leen a escondidas: no avergonzarse, que vicios ocultos tenemos todos.
Yupi, yupi.. mañana a las 3 de la tarde comienza oficialmente el fin de semana. Que nadie cometa la torpeza de desperdiciarlo.
llamameloca ha dicho que…
Confusiones las tenemos todos... pero a algunas personas les cuesta mucho más reconocer que están equivocadas que a otras.
Desde mi universo ¿paralelos? perdono y comprendo que alguien pueda confundirme con otros.
En el fondo, sé que para una gran parte del mundo soy invisible... más aún, transparente me atrevería a decir.
Afortunadamente, las personas a las que quiero y/o aprecio sí que me ven. Y... llámame loca, pero creo que casi todas ellas también me quieren y me aprecian.

Entradas populares de este blog

1.ARRANCAR LAS MALAS HIERBAS

EFICACIA LA DE ATILA Y SU CABALGADURA: Me río yo de la depilación láser al lado de lo que el chorvo hacía con la hierba. Si me descuido mi cajón de las cosas para no olvidar se convierte en campo de malas hierbas de lo abandonado que lo tengo. He cogido la podadora y Atila me echará una mano. La felicidad me entontece y me embauca. Me deja el dobladillo de la alarma en opción de bajo consumo y vienen los pérfidos y me roban la merienda de pan y chocolate. Al próximo que se acerque le tendré que moler los huesos con mis afilados colmillos de peligro incipiente, que bien es sabido que si en ocasiones no vale con ser un buen consejo no es descartable ser una terrible amenaza. La culpa la tiene Vikie el Vikingo y los volantes de los vestidos de gitana, Punset, las bicicletas que te muerden cuando te paras y los ojos de los gatos que miran mas allá de los geranios negros de madrugada. La culpa, la culpa, siempre la culpa, como si buscar al culpable fuese antes que darle solución al caos

LEYENDO OLORES

Huelo cartas, sobre, formularios, fotocopias… Acerco mi nariz a ellas y les encuentro la huella del que la completó para mí. Las hay que huelen a tristeza. Es un olor apenas formulado, suele tener un tacto frío. Los documentos que huelen a prisa suelen estar doblados y la tinta de la impresora de chorro aun está fresca. Luego están los que huelen a casa, a cebolletas por haber compartido la bolsa de la compra, a salsa de soja, a especias los de aquellos que están aquí pero son de allí. Los hay que huelen a calor humilde, a fogón antiguo, documentos ahumados como aquellos que los traen con sus ropas gordas, invernales , y las manos ásperas de trabajar mucho muchísimo. Hay papeles que huelen a perfume empalagosos, dulzones. También hay h ojas que huelen a colegio, a sacapuntas , a goma de borrar, a bolis de colores. Los hay mejor o peor vestidos. Envueltos en fundas de plástico , en sobres demasiado pequeños o demasiado grandes, en carpetitas de publicidad, en carpetas de gomas f