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Mostrando entradas de 2014

LA PECHOTES, EL QUE SE COME LOS MOCOS Y EL CUÑAO CON LA BOTELLA DE ANÍS

La verdad es que hay días de esos que cuesta un poco más: la verdad es que a mi no me pasa porque vivo en la inopia de la felicidad inoculada por una madre que ha aprendido a mandar videos con florecitas por Whatssapp. Me dice tantas veces que valgo un potosí, que el día menos pensado me pongo a la venta en segunda mano. Pues eso: que la Pechotes. Madre como está el patio si cinco señores con traje bueno se ponen alrededor de una mesa de esas de diseño que salen en los programas de las mañanas para hablar de una tía cuyo mérito es tener un aire a la novia de Ronaldo pero con con más descaro de guarrilla de discoteca porque se jalaba a un pelo cortinilla que bien podía pasar por el icono de Risi. En el autobús un tipo se ha comido un moco y luego ha puesto cara de asco porque dos chicas iban de la mano. A mi cuñado que le quiten la botella de Anís, el tenedor o las dos cosas: que prohiban los villancicos en Mercadona y de paso ese uniforme que es el más feo de la creación. Este año he d

CÓMO GANAR SIEMPRE

Se puede ganar siempre si se supera el dolor o al menos se comprende. Si se aprende que no se puede perder lo que no se posee. Si se comprende que no te pueden robar aquello que regalas. Si asumes que no puedes echar en falta aquello que no necesitaste. Si interiorizas que mañana es asunto de otro rato y que tan solo hoy cuenta, porque ayer no puede ser borrado, tan solo aceptado. Se puede ganar siempre si no compramos lo que es gratis. Si no tememos lo que no puede dañarnos. Si no dañamos y punto. Si no queremos bridar los sueños. Si no pretendemos atar un alma. Si no escuchamos lo que suena a cieno. Se puede ganar siempre si no tenemos miedo a perder. Se puede ganar siempre si de todo aprendemos. Bienvenidos a mi casa. He pasado algún tiempo fuera, pero es que me quisieron robar lo que regalé, casi pierdo lo que no era mío, temí lo que no podía dañarme, casi brido sueños ajenos, me aferré a lo que no necesitaba y por poco me mato en el intento. Bienvenidos y contadme que hay de nuevo

A TUMBA ABIERTA

APRIETA EL VIENTRE Y MIRA UN METRO Y MEDIO POR DELANTE (VIVIENDO A CONTRAPELO) Eso me lo dijo Alberto Barrantes cuando me lanzó al abordaje de mis miedos: Aprieta la tripa, planta el pie como si fuese a quedarse tatuado en la piedra y no dejes de sonreir por si te hago una foto mientras no le quitas ojo al camino, un metro y medio por delante como poco. Reconozco que la chulería me robó la sinceridad y no le dije que tengo (o tenía) pavor a la bajada de cuestas, pero ¿qué podía hacer?: calzarme las Pearl Izumi del Máster del Universo y comerme los 13 kilómetros entre la R3 y la subida a Camporeal, afeitarme el miedo y gritar "GERSANTA, ESO MOLA MIL". Me pasó también el día que cogí una cucaracha en la mano y le dije: "tía puta, no te entro por la boca, así que no me mires como si el mundo girase en tu ombligo perverso, porque NO lo hace NI DE COÑA (Aún recuerdo como crujió entre mis dedos). Escoger un buen compañero de rodaje hace que te sientas Leónidas sin