En la boca seca tengo sopa de cáscaras y polvo de enebro. Porque la lucha se cuela muy despacio por la inocencia dejando los batientes rotos de las contraventanas de madera que ya no guardarán mas inviernos. Y no es bueno ni malo, solo cierto. Dicen que de a poquitos se anda un camino eternocubierto de constelaciones recien inventadas y unicornios y extraños pasajeros. Y yo, sin dejar de ser Suiza, me lo creo, porque las cáscaras vacías hacen eco y el eco montaña, valle, y deshielo. He de llevarme conmigo lo poco que queda del tiempo, a bocados si hace falta, pero me lo llevo. Y con él haré trinchera para cuando pueda decir que lo que a mis párpados asoma ni es sueño ni está lejos.
El fuego camina a mi lado, pequeña Perséfone