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Mostrando entradas de febrero, 2010

NO COMMENTS

Esta entrada encierra cuatro respuestas a cuatro preguntas formuladas. Búscala, la tuya también está. Nadie dijo que fuera fácil. No me culpes a mi, que bastante tengo con ver lo que ni tan siquiera miro. "¿Quieres hacer reir a Dios?. Pues cuéntale tus planes." Ciruela dice que es amarillo (Dios) y que tiene el pelo y la barba blancos al igual que el camisón . Como habéis supuesto, Ciruela Verde cree en el Dios de Los Simpson.  Sin comentarios. "Me han capado el ordenador en el trabajo. Me han puesto un aparatito que me chupa el dedo corazón cuando entro y cuando salgo. Ahora el café es corto a la fuerza, porque no da tiempo a tomarlo largo". ¿Y?. Se trata sólo de una mala copia de tu vida en papel calca. El original está guardado a buen recaudo y nadie podrá arrebatártelo. Pues eso. Sin comentarios. Tengo una caña de pescar con un anzuelo de zafiro que voy a lanzar magistralmente hasta apresar la linea del cielo de tus ojos (The skyline in your eyes... "

MI-CUIT

- Dos buenas lonchas de mi cuit, la plancha a tope, ras, ras, 5 segundos por cada lado y ¡ala!, al plato con el revueltito de brotes tiernos, que decirte, berros, lollo rosso, rúcula... vaya, que si no te pone a veinte uñas es que no es ni hombre ni nada. Esperanza termina de recoger los pelos del lavabo de los aseos de caballeros de la T4 de Barajas mientras su compañera le da la receta infalible. - No se - duda - que éste es más de plato-cuchara y cuando vea el paté igual piensa que es cinta de lomo. - Comparar el Mi-cuit con la cinta de lomo es como comparar a tu marido con Brad Pitt - se ríe Carmina. - Pues eso nena, que mejor le pongo unos langostino y guardo el mi cuit para Brad Pitt. - Ojo con la fecha de caducidad. - Uf, Abril del 2010, ¡pues anda que no queda!.

CONFESIONES DE UN COBARDE

Soy el más cobarde de todos los cobardes. Tengo el convencimiento absoluto de que lo soy y lo seré por siempre porque mi alma es tan pusilánime como corto mi recorrido de osado. Toda mi existencia lo he sabido y por tanto no me atribula que me lo llames a voces desde las esquinas. Estas cosas son así, se es o no, no quedan muchos huecos donde refugiarse en el gris de la cobardía. Mi madre me aleccionó bien y por ello le estoy grandemente agradecido: En la guerra, tú con el que venza. En la disputa, tú con el más fuerte. En el amor, tú sencillamente obedece. En caso de duda, la mayoría. En caso riesgo, un paso atrás. Tú por si acaso, obedece a todos todo el tiempo  y jamás le lleves la contraria a nadie: si te esfuerzas, pronto comprenderás lo sencillo que resulta contentar a todos porque en cierta forma todos tienen siempre un oco de razón. Abraza el credo predominante y firma el último. Que tu patrón sea tu amo y su mirada una incógnita. Que tu plano sea el segundo y tu voz no sobr

USTED SE CONFUNDE CABALLERO

- Usted se confunde caballero, que yo soy una señora. - Pues cuando te retuerces como una gata en celo no lo parece. - ¿Cómo?. - No parece ni que me confunda ni que seas una señora. - ¿Quiéres decirme que las señoras no tienen calambres en la entrepierna?. - No las que yo he conocido. - Dudo que puedas reconocerlas, después de todo te criaste con tu madre y sus hermanas. - Eres una zorra. - Me falta el rabo que a ti te sobra. - Y a ti lengua. - No decías eso hace un rato. - Ni tu parecías una señora. La noche había cogido el metro y estaba para llegar al centro donde se alzaba el pequeño Hotel "Las Meninas", el más bonito de la ciudad, que no el mas caro.

CU-CU

Veo la noche pintada de naranja de zumo de farola. Paso elevado de rayas. El cabello tan largo, algo húmedo, sedoso en el enredo que ha secuestrado el frío de un alma que gime y susurra por el encierro.  El suspiro del  semidios de las alcantarillas  se ha colado por la pellica que borda la capucha en la que se ha estrellado la niebla que empieza a nacer. Escalofrío. Sólo nariz: Larga. Cu-cú, ¿quién soy?. El. Ella. Todo. Luces que se acercan. Rápido. Rugen como fiera y sólo son gatos. Paro el caminar justo en el centro del paso con rayas. Quietud.... Luces... Ni un paso... Frenazo. Ahora o nunca: giras la cabeza la justo, despacio. Los ojos de carbón escondidos y la sonrisa oculta en la sombra de la capucha. Cu-cú... ¿quien soy?. La luz  ya no se pone tan chula porque el miedo se ha colado, como siempre, al otro lado del cristal, chupándole la frente al que agrarra el volante en esta noche naranja de ambar destilado.  Cu-cú.. ¿realmente te quieres asomar al abismo de la capucha?. Yo n