Ir al contenido principal

USTED SE CONFUNDE CABALLERO


- Usted se confunde caballero, que yo soy una señora.
- Pues cuando te retuerces como una gata en celo no lo parece.
- ¿Cómo?.
- No parece ni que me confunda ni que seas una señora.
- ¿Quiéres decirme que las señoras no tienen calambres en la entrepierna?.
- No las que yo he conocido.
- Dudo que puedas reconocerlas, después de todo te criaste con tu madre y sus hermanas.
- Eres una zorra.
- Me falta el rabo que a ti te sobra.
- Y a ti lengua.
- No decías eso hace un rato.
- Ni tu parecías una señora.

La noche había cogido el metro y estaba para llegar al centro donde se alzaba el pequeño Hotel "Las Meninas", el más bonito de la ciudad, que no el mas caro.

Comentarios

rlfox ha dicho que…
Te sigo...
No quiero pagar...
Deseo pasar y basta...
Dejame cobijarme en tus letras...
Salu2
:)
yole ha dicho que…
El buen hacer y el buen expresar no tiene confusión "paseando", despacio, por los caminos de tus letras.

Gracias.
enne ha dicho que…
"-me falta el rabo que a ti te sobra"
Esa frase me ha matado!
Totus in Illis ha dicho que…
Si no sabe diferenciar zorras de señoras, tal vez no merezca a ninguna de las dos.
Ira. ha dicho que…
Igual no ser una señora tiene más gracia que serlo!
Fantástico, como siempre =)
Letii * ha dicho que…
"-Me falta el rabo y a ti te sobra."
Buf menuda frase! me encanta!
Te sigo ;]
Uf, como os ha gustado lo del apéndice... ¡cómo iba yo a suponer!. Me alegro de igual forma. Habrá más, pero supongo que racionado. Besos y gracias a todos.
Jazziturno ha dicho que…
Como he dicho en otro Blog hace unos minutos. Me encantan los diálogos. Y de este tipo mucho más. Saludos.

Entradas populares de este blog

LEYENDO OLORES

Huelo cartas, sobre, formularios, fotocopias… Acerco mi nariz a ellas y les encuentro la huella del que la completó para mí. Las hay que huelen a tristeza. Es un olor apenas formulado, suele tener un tacto frío. Los documentos que huelen a prisa suelen estar doblados y la tinta de la impresora de chorro aun está fresca. Luego están los que huelen a casa, a cebolletas por haber compartido la bolsa de la compra, a salsa de soja, a especias los de aquellos que están aquí pero son de allí. Los hay que huelen a calor humilde, a fogón antiguo, documentos ahumados como aquellos que los traen con sus ropas gordas, invernales , y las manos ásperas de trabajar mucho muchísimo. Hay papeles que huelen a perfume empalagosos, dulzones. También hay h ojas que huelen a colegio, a sacapuntas , a goma de borrar, a bolis de colores. Los hay mejor o peor vestidos. Envueltos en fundas de plástico , en sobres demasiado pequeños o demasiado grandes, en carpetitas de publicidad, en carpetas de gomas f...

MARCAR TERRITORIO

Animalitos territoriales. Lamiéndose la pata en lo alto de la empalizada mientras otean su reino ante la incertidumbre de cuanto durará la calma antes de que, de nuevo, un nuevo bichito entre a hurtadillas y pretenda alzar la meada contra un tronco recóndito, inundando de su esencia todo el rincón, con el viento como cómplice hasta que las uñas, en todo lo alto, devuelva el honor al defenestrado... o no...

AL MENOS UN CORAZÓN

Tengo un vestido verde robado. Sirve para disfrazarse o mimetizarse con el entorno. Me lo puse y salí a la calle sin verme. No me gustan los espejos porque se quien duerme en ellos. - El pelo recogido te hace más interesante. - Cierto. Suelto simplemente me hace. No pude evitar echar un vistazo rápido a mi reflejo en los escaparates. Lo hice agazapada en la espesura para no invitar al que duerme en todos los reflejos a que entraba en mi. Olía a nuevo (es un olor de color plata que a veces en lugar de oler tintinea). - Es muy verde - dijo A. - Es igual que otro que ya te vi- dijo B. - Algo corto- dijo C. - ¿ Y qué esperais?- contesté yo - es un disfraz. La pequeña ciruela verde me dejó su broche. Era de plástico rojo con el fondo escocés y forma de corazón. Lo coloqué por azar en mi pecho, hacia la izquierda. - Bonito vestido -dijo D - ¡Lleva un corazón!. Asentí. - Que bien - prosiguió -Así al menos tendrás uno. Vaya con la máscara. Tanto tiempo la llevé que se ha incorporado a mi. Sonr...