Quitarse las manos del adversario con la cara no es boxeo, es defensa facial. Así no me extraña lo más mínimo que aquellos vocablos cuyo significado presumí cierto hayan virado hacia el lado oscuro. De ahí que un rescate ya no sea una cosa buena, como de caballeros a damiselas en apuros, sino la forma gallarda de decir que te colonizan pero sin uniformes multicolores, bayonetas o barricadas rascadas en la tierra.
Así no es de extrañar que últimamente me sienta como si Manny Pacquiao hubiera pasado a hacerme una visita y no le gustara mi té. Sin saber si sacarle otro o pringarme las cejas de vaselina por si acaso.
Adaptándonos a la nueva filosofía de las letras, nos encontrarmos con que:
El adulterio es una relación abierta.
El soborno diversificación de mercados.
El latrocinio inversión de riesgo con alta rentabilidad.
La prostitución apertura a la experiencia.
El insulto derecho a la libre expresión.
El golpe masoquismo consentido.
La pobreza, austeridad necesaria.
El hambre ayuno voluntario.
Y mientras tanto a Pacquiao, le dejaré asomarse a la ligereza del corte de mi vestido de seda porque prefiero que se pierda entre mis muslos a que me destroce la loza de la abuela.
Comentarios
Cada defecto su virtud.
Cada cara, su cruz.
si llamasemos a las cosas por su nombre nos iría mejor.
Gracias por dejarme tu sueño :)
Besos abisales
Ay, Oráculo, ojalá conociera todas las respuestas, como tú.