Metamorfosis a los postres.
En tierra la sirena no se cansa de mirarse las piernas nuevas.
Blanca de mármol frío es su piel sin escamas.
No sabe si reir o llorar mientras deja que la noche la engulla mientras las estrellas ficticias de las farolas la roban el sueño de algas.
Pasito a pasito recorre el camino de vuelta a casa soñando espuma y el negro profundo de la noche marina. En el pelo se le han secado los corales y el canto tatuado en la lengua. Sonríe sin embargo porque sabe que la cola escamosa de plata la espera a golpe de ola.
Ya no puede ser otra cosa que sirena aunque lo sea en tierra.
En sus ojos misterio.
En sus manos la esperanza del viento en la cara.
Comentarios
Me gusta que decida seguir siendo sirena
Besos abisales
Saludos y un abrazo.