Ir al contenido principal

TRAIDORES (para los menos buenitos)



Amelie me pregunta: "¿Soy una enferma porque quiero destrozarle la vida a la que me ha robado a mi amor?".


De entra suena cursi. El Oráculo la mira y sonríe. "¿mi amor?", pero es que si empezamos así empezamos mal . El amor es un invento falaz. Una reacción química con tintes morbosos. Valiente amor el tuyo que te paga con mentira, que te tira a la cara los bombones. Ostia de realidad podrida como respuesta al papel perfumado en el que has escrito tu vida con la sangre que le has brindado. No le llames amor. Llámale por su nombre si es que no lo ha cambiado por Judas.

En referencia a odiar a la patilarga, como tu la llamas, te diré que odiar no está ni bien ni mal. Es un sentimiento que está ahí y sirve para lo que sirve, para acelerar la respiración , para oir tambores de guerra, para pintarse la cara de rojo y echar fuego por los ojos. Para eso y para sentirnos vivos. Odia cuanto quieras, pero yo me pregunto.

¿Quién traicionó a quien?. ¿Te debía ella alguna fidelidad?. Es más, por lo que me cuentas, ni tan siquiera la conocías. Este humilde Oráculo, tan amigo de guerras, te diría que el objeto de tu ira, si debe haber uno, quizás sería aquel que te miraba a los ojos jurándote amor eterno mientras olisqueaba las bragas de encaje francés que jamás te regaló a ti. Ya te dije que la oferta y la demanda es tan brutal que es un milagro no caer en la tentación.
Este Oráculo es duro. Quizás cruel. En tu mano no está la posibilidad de tejer las felicidades ajenas. No puedes hacer que les vaya mal, que sean infelices y tampoco está en tu mano que el infiel añore tus bragas (de algodón).


Consejo del Oráculo (se admiten sugerencias): Busca mejor comensal para tu mesa. Mejor nariz para tus pliegues. Mejor lector de tus entrañas. Mejor guerrero. Mejor espada (toledana, bien templada, firme, que para oxidarse ya tendrá tiempo). Si cuando tengas todo eso sigues odiando, busca al traidor, dale las gracias por el favor que te ha hecho, porque te ha demostrado que siempre hay que estar en guardia, porque nunca más serás inocente y porque en adelante las arrugas de tu alma serán de experiencia.


Una frase que no es mía pero es útil: Aunque el valor que se encierra en tu pecho desde allí da voces, óyeme a mi que yo se que todo es guerra.


El Oráculo de Delfos ha hablado.




Comentarios

Verònica ha dicho que…
y si.. no venimos a este mundo para solucionar los problemas de nadie, cargar con los nuestros ya es una tarea ardua... amor, dolor, palabras, son palabras llenas de otro monton de sentimientos, a veces indescriptibles, odiados, venerados.. veremos con cuales andamos mejor.. beso, Vero.
kutltdsdc ha dicho que…
Explicación inconexa y, si me lo permites, algo paranoica para la Hélade clásica, por la que pareces absorvida, pero válida.

En mi opinión no hay oráculos irresponsables sino humanos predestinados.

Ha sido un placer leer tu comentario, Pitia o Perséfone, (de ser esta última, ánimo, queda menos para que Proserpina te sea devuelta durante medio año).

Por cierto, me ha encantado el "Lee entre líneas".
maloles ha dicho que…
Cambio de taza, dice el oráculo pues.
Ñe... sabios consejos.

Es Maloles, con ele, no con eme. jajajajaja

Un besito!
Lola ha dicho que…
¿Así que sos pitonisa?
Unknown ha dicho que…
yo sí creo en el amor a pie juntillas.
ahora creer que alguien es mi amor es otro cantar.

no odies, diría yo, simplemente espera el karma, jeje.
y sonríe.
siempre sonríe
(anula las ganas de vomitar :P)

beso
Vivencias en el Mariate ha dicho que…
Me encante el espíritu navideño.
Besos.

Entradas populares de este blog

LEYENDO OLORES

Huelo cartas, sobre, formularios, fotocopias… Acerco mi nariz a ellas y les encuentro la huella del que la completó para mí. Las hay que huelen a tristeza. Es un olor apenas formulado, suele tener un tacto frío. Los documentos que huelen a prisa suelen estar doblados y la tinta de la impresora de chorro aun está fresca. Luego están los que huelen a casa, a cebolletas por haber compartido la bolsa de la compra, a salsa de soja, a especias los de aquellos que están aquí pero son de allí. Los hay que huelen a calor humilde, a fogón antiguo, documentos ahumados como aquellos que los traen con sus ropas gordas, invernales , y las manos ásperas de trabajar mucho muchísimo. Hay papeles que huelen a perfume empalagosos, dulzones. También hay h ojas que huelen a colegio, a sacapuntas , a goma de borrar, a bolis de colores. Los hay mejor o peor vestidos. Envueltos en fundas de plástico , en sobres demasiado pequeños o demasiado grandes, en carpetitas de publicidad, en carpetas de gomas f...

MARCAR TERRITORIO

Animalitos territoriales. Lamiéndose la pata en lo alto de la empalizada mientras otean su reino ante la incertidumbre de cuanto durará la calma antes de que, de nuevo, un nuevo bichito entre a hurtadillas y pretenda alzar la meada contra un tronco recóndito, inundando de su esencia todo el rincón, con el viento como cómplice hasta que las uñas, en todo lo alto, devuelva el honor al defenestrado... o no...

AL MENOS UN CORAZÓN

Tengo un vestido verde robado. Sirve para disfrazarse o mimetizarse con el entorno. Me lo puse y salí a la calle sin verme. No me gustan los espejos porque se quien duerme en ellos. - El pelo recogido te hace más interesante. - Cierto. Suelto simplemente me hace. No pude evitar echar un vistazo rápido a mi reflejo en los escaparates. Lo hice agazapada en la espesura para no invitar al que duerme en todos los reflejos a que entraba en mi. Olía a nuevo (es un olor de color plata que a veces en lugar de oler tintinea). - Es muy verde - dijo A. - Es igual que otro que ya te vi- dijo B. - Algo corto- dijo C. - ¿ Y qué esperais?- contesté yo - es un disfraz. La pequeña ciruela verde me dejó su broche. Era de plástico rojo con el fondo escocés y forma de corazón. Lo coloqué por azar en mi pecho, hacia la izquierda. - Bonito vestido -dijo D - ¡Lleva un corazón!. Asentí. - Que bien - prosiguió -Así al menos tendrás uno. Vaya con la máscara. Tanto tiempo la llevé que se ha incorporado a mi. Sonr...