Querencias desajustadas. Deseos que llegan a la estación cuando la contrapuesta toma asiento en el vagón. Miradas que nunca llegan a cruzarse. Ocasiones perdidas una y otra vez. Hoy si, pero tu no, mañana tu vendrás mientras yo estaré sentado en la copa del árbol oteando el mar en espera del barco que me traiga las naranjas que habré de partir. Un Sindios, vaya.
El miedo no cabe en según que ojos. Dicen que la Coca-Cola se lo come todo, desde la carne cruda hasta el óxido de los clavos. ¿Le queda otra pues que devorar la inocencia que aun adivina en tu mirada?. Me arrimé y me caí al pozo de Coca-Cola que son los tuyos y ahora noto que me desvirtúo en segundos.
Ven que te desnudo.
No que me enamoro.
Pues no te enamores que yo no estoy para pijadas.
Era ironía (te sonrojas).
Y mientra nadas en Coca-Cola piensas que deberías haberte apuntado a los cursillos de Capoeira porque las patadas te las comes todas.
Comentarios
La Cocacola ¿lo devora todo? Míralo de otra forma, sirve para desatascar desagues, y la Capoeira, es muy difícil, se trata de esquivar, no de recibir.
Una vez desatascados, los reflejos dan sus frutos, aunque tengan el precioso tono de la cocacola a contraluz.
Lobos, Cocacola y Capoeira: ¡Ozú!!