EFICACIA LA DE ATILA Y SU CABALGADURA: Me río yo de la depilación láser al lado de lo que el chorvo hacía con la hierba.
Si me descuido mi cajón de las cosas para no olvidar se convierte en campo de malas hierbas de lo abandonado que lo tengo.
He cogido la podadora y Atila me echará una mano.
La felicidad me entontece y me embauca. Me deja el dobladillo de la alarma en opción de bajo consumo y vienen los pérfidos y me roban la merienda de pan y chocolate. Al próximo que se acerque le tendré que moler los huesos con mis afilados colmillos de peligro incipiente, que bien es sabido que si en ocasiones no vale con ser un buen consejo no es descartable ser una terrible amenaza.
La culpa la tiene Vikie el Vikingo y los volantes de los vestidos de gitana, Punset, las bicicletas que te muerden cuando te paras y los ojos de los gatos que miran mas allá de los geranios negros de madrugada.
La culpa, la culpa, siempre la culpa, como si buscar al culpable fuese antes que darle solución al caos, y mientras buscamos y buscamos el caos se hace gordo y ya importa un pepino (pepinos forever) si el culpable pagará o no su prenda.
Y el hastio de lo mezquino tan empeñado en prevalecer sobre lo puro como si fuera lo natural y no lo es, porque la mezquindad es una hernia que estrangula la luz del sol y el verde bajo los pies una tarde perfecta.
Excusas para no pensar hay unas pocas, pero son mas las razones para no dejar de hacerlo.
He vuelto.
Comentarios
Algunos brotes verdes que no son mala hierba hay, y esos son los que animan a seguir pensando. Acepto mi culpa y me la quedo encantada... Menos mal que no todos tenemos perro.
Me alegro de que te decidas a cortar las malas hierbas, pero acuerdaté que en ocasiones entre ellas aparecen flores y esas no hay que arrancarlas, aunque claro si una es rubia pues arranca todo lo que ve sin pensar las consecuencias que se pueden desencadenar............ pero como es rubia se le perdona todo.
Buena vuelta.
Pepa
Las malas hierbas, cuidadas con gracia, hacen bonito, aunque no me creas. Manías de poner adjetivos que pesan como losas. Lo malo no siempre lo es tanto.
Bienvenidos al templo. Tengo las visiones a brote de ya.