Ir al contenido principal

REGENERACION



Me han amputado un cacho de vida y hoy voy a que me lo vuelvan a implantar. Apenas puedo ya respirar y el segundero del reloj anda atontolinado, que le tengo que dar un toque de allá para cuando para que espabile y que no se olvide que su sentido no es otro que de caminar impasible hacia delante.

A las 3 me pienso atildar, con el corazón en víspera de domingo. A las 5 la cogeré en mis brazos y la apretaré tan fuerte como delicado un suspiro. Entonces ella me dirá: "Ay mamá, suelta, que me espachurras" y entonces la comeré a besos.

Me enseñará al cangrejo campeón y su hábil estrategia de cogerlo con las pinzas de la barbacoa.

"¡Esta niña lo que necesita es pasar mas penurias, que la tienes entre algodones!"

... Claaaaaro... (pensaré)...cuadrada te daba yo a ti la ostia.


Pero mi educación académica y la otra me obligarán a sonreir como leve forma de disentir.


Porque su ausencia sólo me enriquece en la certeza de que sin ella nada huele, sabe o se siente como debe oler, saber o sentirse.


Y es que nunca hasta ella había amado desinteresadamente... a pesar de haberlo creído.


Comentarios

Srta. Nostalgia ha dicho que…
Qué envidia más sana de ver la alegría que desprendes cuando hablas de tu hija. Qué bonito debe ser ser madre. Un besito

P.D: La hostia debería se tanto cuadrada como enorme.
Lady Pirata ha dicho que…
Déjate de academicismos prosaicos, Vivo con Hades.
Vale, vale, no hay que incitar, ni ser violentos. Con la imaginación, se puede ¿verdad?
La imaginamos, pues.

¡Preciosa entrada, y genial remate!
Me alegro por ti, y me alegra saber que se puede querer de esa manera. Algún día seré madre, digo yo.

Un beso a la nena y otro para ti.
Las madres tendemos a ser un poco prepotentes, más aun con con no lo ha sido. Eso es una estupidez. Todos los amores son importantes, pero es cierto que nunca he sentido algo tan profundo como lo que siento por mi hija. Me siento como en bragas y en la tempestad todo el tiempo, pero a la vez, no siento frío, porque hay un calor que me invade desde dentro. Bienvenidas, chicas.

Entradas populares de este blog

LEYENDO OLORES

Huelo cartas, sobre, formularios, fotocopias… Acerco mi nariz a ellas y les encuentro la huella del que la completó para mí. Las hay que huelen a tristeza. Es un olor apenas formulado, suele tener un tacto frío. Los documentos que huelen a prisa suelen estar doblados y la tinta de la impresora de chorro aun está fresca. Luego están los que huelen a casa, a cebolletas por haber compartido la bolsa de la compra, a salsa de soja, a especias los de aquellos que están aquí pero son de allí. Los hay que huelen a calor humilde, a fogón antiguo, documentos ahumados como aquellos que los traen con sus ropas gordas, invernales , y las manos ásperas de trabajar mucho muchísimo. Hay papeles que huelen a perfume empalagosos, dulzones. También hay h ojas que huelen a colegio, a sacapuntas , a goma de borrar, a bolis de colores. Los hay mejor o peor vestidos. Envueltos en fundas de plástico , en sobres demasiado pequeños o demasiado grandes, en carpetitas de publicidad, en carpetas de gomas f...

MARCAR TERRITORIO

Animalitos territoriales. Lamiéndose la pata en lo alto de la empalizada mientras otean su reino ante la incertidumbre de cuanto durará la calma antes de que, de nuevo, un nuevo bichito entre a hurtadillas y pretenda alzar la meada contra un tronco recóndito, inundando de su esencia todo el rincón, con el viento como cómplice hasta que las uñas, en todo lo alto, devuelva el honor al defenestrado... o no...

AL MENOS UN CORAZÓN

Tengo un vestido verde robado. Sirve para disfrazarse o mimetizarse con el entorno. Me lo puse y salí a la calle sin verme. No me gustan los espejos porque se quien duerme en ellos. - El pelo recogido te hace más interesante. - Cierto. Suelto simplemente me hace. No pude evitar echar un vistazo rápido a mi reflejo en los escaparates. Lo hice agazapada en la espesura para no invitar al que duerme en todos los reflejos a que entraba en mi. Olía a nuevo (es un olor de color plata que a veces en lugar de oler tintinea). - Es muy verde - dijo A. - Es igual que otro que ya te vi- dijo B. - Algo corto- dijo C. - ¿ Y qué esperais?- contesté yo - es un disfraz. La pequeña ciruela verde me dejó su broche. Era de plástico rojo con el fondo escocés y forma de corazón. Lo coloqué por azar en mi pecho, hacia la izquierda. - Bonito vestido -dijo D - ¡Lleva un corazón!. Asentí. - Que bien - prosiguió -Así al menos tendrás uno. Vaya con la máscara. Tanto tiempo la llevé que se ha incorporado a mi. Sonr...