
En misa y repicando.
No es fácil.
La ropita planchada, terso el rostro. Enjuta el alma.
No es fácil.
¡Por allí resopla!.
Te veo, te presiento. Te busco sin mirarte a través del gentío. Aliso la ropa de luto de mi esposo muerto. Hace tanto calor aquí dentro.
No es fácil.
Me miras. Noto tus ojos azules clavados en mi negra figura pero no levanto el rostro.
No es fácil.
"Daos la paz"
¿Qué paz?.
Nunca es fácil.
Mi dignidad como bandera. ¿Qué bandera?. No tengo patria.
No es fácil.
Te quiero. Me quieres.
No es fácil.
¿Y ahora qué?.
"Doña Paquita ha enviudado; menos mal que el hijo de Dña. Carmen, su amiga de toda la vida, la echa una mano con el jardín y los arreglos de la casa: ese niño hecho grande, que lo ha criado como un hijo suyo, con esos ojos azules que brotan mar".
No es fácil.
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