
Dios de la lluvia apiádate de las bestias y de mi...
A veces miro por la ventana, y entre los edificios veo el azul intenso que llega después de una gran tormenta de esas de gotas enormemente mojadoras. Entonces, recuerdo un día de abril de hace cuatro años. Recuerdo que iba a la facultad a recoger, con 3 años de retraso, mi título. En la radio una noticia, "Habemus papam", Joseph Ratzinger había sido proclamado Papa, y pensé que recordaría aquel momento por ser histórico. ¿Dónde estaba usted el día que proclamaron Papa a Ratzinger?.. pues... yendo a la Facultad a recoger mi título.
Escribí y escribí aquel día. Estaba mojada de lluvia y de gozo, porque aquellas gotas eran límpias, gordas y caían tan a chorro que se llevaban todo lo malo del paquete de deudas. Entonces no lo sabía, pero las deudas saben nadar y allí se quedaron.
La lluvia se marcha de mi paisaje y yo no quiero, porque la lluvia purifica el alma y el calor solo trae ruido de oscuras chicharras.
El pelo mojado se te pega en cara. Te lo cruza como una bofetada pero sabe a caricia a la que se cuela entre tus labios, también mojados. Camiseta lila, pegada por la lluvia, pantalones negros que te quedan un poco sueltos porque de tanto disgusto te has adelgazado. A tus veintipocos ahora aparentas diecitantos. El agua se te cuela por las rendijas de las sandalias demasiado arriesgadas para un diecialguno de abril. Acabo de abandonarte sin mucha causa . Sé que es sólo un calambre en la entrepierna, pero no puedo evitar que ella me guste ahora más.
Y sin embargo tengo unas ganas infinitas de besarte, pero se que si lo hago, habré manchado para siempre la seda de nuestra vida y te habré robado la poca cordura que te he dejado. Por eso no lo voy a hacer. "Habemus Papam"... pues mira tu que bien...
Comentarios
Sentir que el dios de la lluvia nos ama en silencio hasta la eternidad.
Un saludo