
Su color te muestra que aun vive.
Sopla suave y seguido, coge aire y vuelve a lanzarlo despacio pero con firrmeza.
¿Ves?: El punto ahora es tan grande como un céntimo y por eso debes seguir.
Ha pasado de rojo a amarillo infierno y eso es bueno: el rescoldo se despereza sobre las cenizas como un bebé tragón.
No, no pares. Dale un poco mas de tu entraña, susurrale hasta que su crepitar te conteste.
Sonríes victorioso: Es porque ahora te lo crees. De repente baila ante tus ojos. Es tan sólo una llama pequeña que apenas formulada tiembla en azul.
¿Lo ves?. La brasa perdió la virginidad y ahora es fuego.
No condenes de entrada una brasa por muy muerta que se presente. Piensa que los rescoldos son díscolos que se resisten a morir y se empeñan en alzarse en vida una y otra vez, contrariando los deseos de los mortales como nosotros.
¿Ansías el fuego?. Pues sopla sin miedo.
El fuego camina a mi lado
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R.P.