Ir al contenido principal

Cuidado con lo que deseas

Cuidado con la gestión de tus deseos. A veces ponemos tanto énfasis en ansiar algo, que no nos damos cuenta de que corremos el riesgo de que nuestros deseos se cumplan. No se trata de un estudio científico, dado que no he formulado la hipótesis experimental y mucho menos la he contrastado empíricamente para generalizar los posibles resultados, pero me dice el más común de los sentidos, el sentido común, que el hecho de desar algo provoca que ese "algo" se haya acercado sustancialmente a nosotros. Si está más cerca es más fácil de alcanzar, evidentemente. El Oráculo es por eso espartano (broma clásica) a la hora de desear, porque una vez escrita la carta a los Reyes Magos, ¿quién es el listo que realiza un recurso de reposición?. Sus majestades de oriente, con ese empaque, impresionan, incluso a este humilde Oráculo.

Esta mañana hablé con una de vosotras y me dijo que otra sin nombre no era feliz con su actual "costilla". Decir que debemos admitir que, cuando una determinada persona tiene "tan mala suerte" con tooooooodas sus costillas, igual debe plantearse que no todas las costillas están podridas, sino que quizás no le gustan las costillas o la falta de gracia es de ella a la hora de aliñarlas. Hay personas condenadas a la infelicidad porque huyen de su contraria. Eso es así, en Delfos, en Moratalaz y en China.

El Oráculo de Delfos ha hablado.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Estimado oráculo. Creo que yo soy la de la costilla. En serio crees que busco malos chicos, o es que quieres decir que soy una amargada y que por tanto estoy condenada a sufrir?.

R
Pues creo que no, aunque por la inicial, y sabiendo quien tiene acceso a este blog, tenéis el mismo nombre. En referencia a ti, decirte que no sabía que eras infeliz con tu costilla, y que si lo eres, y necesitas algún consejo ya sabes que este oráculo será completamente irresponsable y te dará un consejo poco pensado.

De hecho, déjame decirte que no sabía ni que tenías costilla.

Píde al oráculo que este, en la medida de lo posible, intentará ayudarte. Ahora, si lo que quieres es ampliar tu "chorvo-agenda", no tengo yo material que ofrecerte. Como mucho, flaco consuelo.

El Oráculo d Delfos ha hablado

Entradas populares de este blog

LEYENDO OLORES

Huelo cartas, sobre, formularios, fotocopias… Acerco mi nariz a ellas y les encuentro la huella del que la completó para mí. Las hay que huelen a tristeza. Es un olor apenas formulado, suele tener un tacto frío. Los documentos que huelen a prisa suelen estar doblados y la tinta de la impresora de chorro aun está fresca. Luego están los que huelen a casa, a cebolletas por haber compartido la bolsa de la compra, a salsa de soja, a especias los de aquellos que están aquí pero son de allí. Los hay que huelen a calor humilde, a fogón antiguo, documentos ahumados como aquellos que los traen con sus ropas gordas, invernales , y las manos ásperas de trabajar mucho muchísimo. Hay papeles que huelen a perfume empalagosos, dulzones. También hay h ojas que huelen a colegio, a sacapuntas , a goma de borrar, a bolis de colores. Los hay mejor o peor vestidos. Envueltos en fundas de plástico , en sobres demasiado pequeños o demasiado grandes, en carpetitas de publicidad, en carpetas de gomas f...

MARCAR TERRITORIO

Animalitos territoriales. Lamiéndose la pata en lo alto de la empalizada mientras otean su reino ante la incertidumbre de cuanto durará la calma antes de que, de nuevo, un nuevo bichito entre a hurtadillas y pretenda alzar la meada contra un tronco recóndito, inundando de su esencia todo el rincón, con el viento como cómplice hasta que las uñas, en todo lo alto, devuelva el honor al defenestrado... o no...

AL MENOS UN CORAZÓN

Tengo un vestido verde robado. Sirve para disfrazarse o mimetizarse con el entorno. Me lo puse y salí a la calle sin verme. No me gustan los espejos porque se quien duerme en ellos. - El pelo recogido te hace más interesante. - Cierto. Suelto simplemente me hace. No pude evitar echar un vistazo rápido a mi reflejo en los escaparates. Lo hice agazapada en la espesura para no invitar al que duerme en todos los reflejos a que entraba en mi. Olía a nuevo (es un olor de color plata que a veces en lugar de oler tintinea). - Es muy verde - dijo A. - Es igual que otro que ya te vi- dijo B. - Algo corto- dijo C. - ¿ Y qué esperais?- contesté yo - es un disfraz. La pequeña ciruela verde me dejó su broche. Era de plástico rojo con el fondo escocés y forma de corazón. Lo coloqué por azar en mi pecho, hacia la izquierda. - Bonito vestido -dijo D - ¡Lleva un corazón!. Asentí. - Que bien - prosiguió -Así al menos tendrás uno. Vaya con la máscara. Tanto tiempo la llevé que se ha incorporado a mi. Sonr...