A la pequeña mujer que busca al hombre malo que trae coca-cola. Si tu deseo es tal, no seré yo la que le ponga puertas al cielo. Si quieres probar si un hombre malo puede sucumbir a los encantos de una dulce vestal, te diré que lo creo posible, porque los hombres no son ni buenos ni malos, simplemente son hombres. No olvides que fue la Suma Sacerdotisa la que llevó al guerrero al templo de la vestal una tarde calurosa de verano. La suerte está echada. La Sacerdotisa no es responsable de las decisiones que tanto vestal como guerrero, tomen a partir de este momento. El futuro no está escrito. Buena suerte.
Huelo cartas, sobre, formularios, fotocopias… Acerco mi nariz a ellas y les encuentro la huella del que la completó para mí. Las hay que huelen a tristeza. Es un olor apenas formulado, suele tener un tacto frío. Los documentos que huelen a prisa suelen estar doblados y la tinta de la impresora de chorro aun está fresca. Luego están los que huelen a casa, a cebolletas por haber compartido la bolsa de la compra, a salsa de soja, a especias los de aquellos que están aquí pero son de allí. Los hay que huelen a calor humilde, a fogón antiguo, documentos ahumados como aquellos que los traen con sus ropas gordas, invernales , y las manos ásperas de trabajar mucho muchísimo. Hay papeles que huelen a perfume empalagosos, dulzones. También hay h ojas que huelen a colegio, a sacapuntas , a goma de borrar, a bolis de colores. Los hay mejor o peor vestidos. Envueltos en fundas de plástico , en sobres demasiado pequeños o demasiado grandes, en carpetitas de publicidad, en carpetas de gomas f...
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PERO EL JUEGA CON FUEGO ACABA QUEMANDOSE
Lo bonito de todo esto está en la intensidad de lo que vives, incluso cuando te planteas si apostar o no...