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CUANDO ERAMOS LIBRES

Parece mentira, pero hubo un tiempo en que si no lo fuimos, al menos sentíamos que podíamos alcanzarlo. Recuerdo que era verano, me taladré una oreja con una aguja ardiendo después de insensibilizarla con hielo. Detrás, puse un trozo de patata, no se muy bien para que. Me puse el pendiente de oro pequeño que el llevaba y me regaló. Leí el señor de los anillos por primera vez, me compré unas Converse verdes y llevaba unas gafas de sol falsas que robamos muertas de risa en un puesto del mercadillo.
Follábamos todos los días o casi.
El sol calentaba menos a las 3 de la tarde.
La gomina era barata.
No sólo sabíamos como ser libres, sino que pensábamos que en cuanto no tuviésemos hora de llegada lo seríamos de facto.
Y llegaron las cadenas invisibles que nos ataron para siempre.
Y ya no hubo más primaveras.
Y ya no hubo más poesía excesiva.
Y los besos dejaron de ser regalos de terciopelo rojo.

Y me hice mayor y nunca nada estuvo por estrenar.

Comentarios

Lady Pirata ha dicho que…
Lo de la patata también lo he hecho, trucos de la abuela.
Y estoy totalmente de acuerdo con que el sol, calentaba menos a las 3 de la tarde.
Un@ empieza a ser mayor cuando las inclemencias climáticas frenan o postergan los planes. Cierto.
Recuerdo hace unos años, cuando íbamos mi chorvo y yo a la playa de Los Genoveses cualquier sábado a las 2 de la tarde y sin aire acondicionado. Una mochila, un par de bocatas y unas birras, era más que suficiente junto con la carretera por delante... era todo tan fácil.

¿No será que lo complicamos nosotros y buscamos excusas para tener motivos de queja?

En ocasiones pienso que así es, total hace unos años, era sólo eso, unos años menor, pero sigo siendo la misma.

¿Por qué no seguir yendo a las playas si además ahora tenemos aire acondicionado?

Fíjate, qué chorrada, pero nos acomodamos y encima nos quejamos.

Cuando éramos libres... ¿y quién ha dicho que hayamos dejado de serlo?

Perdona la retahíla, más que a ti, me lo digo a mi misma a través de tu Oráculo, Pitia ;)
Para eso estamos, piratilla, para eso estamos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lara tiene alas ha dicho que…
Yo tampoco quiero crecer.

Lara tiene alas
kalya ha dicho que…
ser mas pequeño tiene sus ventajas y sus inconvenientes, siempre queremos más de lo que tenemos, y cuando creemos tenerlo no es lo que queríamos.

igual crees que no se puede extrenar nada, pero siempre habrá momentos únicos, cosas que nunca hicistes y que en algún momento harás por primera vez.

no está todo perdido!
Leo ha dicho que…
Pero piensa en lo feliz que fuiste en esos momentos, quédate con eso, otros tal vez no los hayan vivido. El tiempo pasa y es cruel para todos, pero es inevitable.
Mimí- Ana Rico ha dicho que…
Se cimbrean las palabras, gráciles en esa despedida con un vuelo de exhibición grandioso, luego se apagan con un punto y final.

Pero cada mañana es un oportunidad por estrenar, nos estrenamos en cada descubrimiento de nosotros mismos, y cuanto más tiempo pasa ... menos nos conocemos, cuando escribes lo compruebas, existen infinidad de cosas que aún tenemos que descubrir, quizá es que hemos cerrado los ojos y por ello no las vemos.

Abrazos de sol y Extremadura...Mimí
Anónimo ha dicho que…
que bonito relato,corto ,claro y con sentimiento.
Yo me quedo con la Época del colegio que mi Única preocupación era si mi madre había tenido un mal día y nos recibía a la salida del colegio con bocadillos de pamplones(plástico incluido) o por el contrario nos ofrecia la apetitosa merienda de un Bollycao(que ya no son lo mismo OJO)
por cierto escribiendo esto..AHORA ME COMERÍA UNO

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