Ir al contenido principal

UP-DOWN


Se equivoca el que achaca su estado de amargura a la felicidad ajena.

- Claro, si tu tuvieses lo que tengo yo encima...

Y no niego que hay pesos insoportables, pero no sonríe mas el que nunca cayó, sino el que a fuerza de hacerlo aprendió a precipitarse al suelo con cierto grado de elegancia y que dominó como nadie al arte de sacudirse el polvo de la vestimenta con el gracejo de una bailarina clásica.

El miedo a tropezar amputa el paso y sin paso no hay camino hacia ningún lado y te conviertes en estatua de sal que, poco a poco, se degrada con el viento hasta desmoronarse, desaparecer de la presencia y la memoria.

Polvos fosforíticios de melaza almizclera, papelinas de belcanto y volutas de plomo fundido a cero grados. ¿Quién me quita el resuello de la carrera en esta tormenta brava de primavera?.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Estoy totalmente de acuerdo (qué raro, no?).
Es mucho más importante aprender a levantarse que a no caer, porque tarde o temprano caemos tod@s, es muy difícil no tropezar o no perder nunca el equilibrio (pero algunas hemos visto aterrizajes impresionantes, en plancha ..., y hemos visto a esa persona levantarse y reirse de la caida).
llamameloca ha dicho que…
Bueno... es que aprender a reirse de uno mismo, es casi tan importante como aprender a levantarse.

Es fácil decir aquello de "al mal tiempo, buena cara". Lo difícil es ponerlo en práctica.
Darío ha dicho que…
Me gusta mucho. Ciertamente, hay que tener clase para caer, y con eso, ya tenés media vida en el bolsillo. Un abrazo.
La sonrisa de Hiperion ha dicho que…
El resuello hoy en día nos lo quita casi cualquier cosa...


Saludos y feliz sábado.

Entradas populares de este blog

LEYENDO OLORES

Huelo cartas, sobre, formularios, fotocopias… Acerco mi nariz a ellas y les encuentro la huella del que la completó para mí. Las hay que huelen a tristeza. Es un olor apenas formulado, suele tener un tacto frío. Los documentos que huelen a prisa suelen estar doblados y la tinta de la impresora de chorro aun está fresca. Luego están los que huelen a casa, a cebolletas por haber compartido la bolsa de la compra, a salsa de soja, a especias los de aquellos que están aquí pero son de allí. Los hay que huelen a calor humilde, a fogón antiguo, documentos ahumados como aquellos que los traen con sus ropas gordas, invernales , y las manos ásperas de trabajar mucho muchísimo. Hay papeles que huelen a perfume empalagosos, dulzones. También hay h ojas que huelen a colegio, a sacapuntas , a goma de borrar, a bolis de colores. Los hay mejor o peor vestidos. Envueltos en fundas de plástico , en sobres demasiado pequeños o demasiado grandes, en carpetitas de publicidad, en carpetas de gomas f...

MARCAR TERRITORIO

Animalitos territoriales. Lamiéndose la pata en lo alto de la empalizada mientras otean su reino ante la incertidumbre de cuanto durará la calma antes de que, de nuevo, un nuevo bichito entre a hurtadillas y pretenda alzar la meada contra un tronco recóndito, inundando de su esencia todo el rincón, con el viento como cómplice hasta que las uñas, en todo lo alto, devuelva el honor al defenestrado... o no...

AL MENOS UN CORAZÓN

Tengo un vestido verde robado. Sirve para disfrazarse o mimetizarse con el entorno. Me lo puse y salí a la calle sin verme. No me gustan los espejos porque se quien duerme en ellos. - El pelo recogido te hace más interesante. - Cierto. Suelto simplemente me hace. No pude evitar echar un vistazo rápido a mi reflejo en los escaparates. Lo hice agazapada en la espesura para no invitar al que duerme en todos los reflejos a que entraba en mi. Olía a nuevo (es un olor de color plata que a veces en lugar de oler tintinea). - Es muy verde - dijo A. - Es igual que otro que ya te vi- dijo B. - Algo corto- dijo C. - ¿ Y qué esperais?- contesté yo - es un disfraz. La pequeña ciruela verde me dejó su broche. Era de plástico rojo con el fondo escocés y forma de corazón. Lo coloqué por azar en mi pecho, hacia la izquierda. - Bonito vestido -dijo D - ¡Lleva un corazón!. Asentí. - Que bien - prosiguió -Así al menos tendrás uno. Vaya con la máscara. Tanto tiempo la llevé que se ha incorporado a mi. Sonr...