Narávez, en su lecho de muerte junto a su confesor.
- General, debe usted perdonar a sus enemigos.
- No puedo - contestó Narváez.
- Pero, General , si no perdona usted a sus enemigos irá al infierno, no hay tiempo, está usted muriéndose.
- Le digo que no puedo, les maté a todos.
La anécdota no es real, o al menos así lo manifestó quien la contó, pero por ello no deja de invitar a la reflexión.
- General, debe usted perdonar a sus enemigos.
- No puedo - contestó Narváez.
- Pero, General , si no perdona usted a sus enemigos irá al infierno, no hay tiempo, está usted muriéndose.
- Le digo que no puedo, les maté a todos.
La anécdota no es real, o al menos así lo manifestó quien la contó, pero por ello no deja de invitar a la reflexión.
Comentarios
Ahora que lo leo, no sé si es mejor dejar a alguno con vida, para poder redimirse o ya puestos en caso de que no los haya ¿no hay infierno?
Lo mejor es no tener enemigos, es como lo de amigos, mejor tener muchos conocidos, a tener amigos que se cuentan con la palma de la mano, tremendo rollo.
No sé explicarme mejor, pero si, da para reflexionar un rato.
:)
¡Muá VivoconHades!