Ángel mío...
Con tiralíneas la tinta que es el camino en tu mirada dormida.
Negro que azuléa.
Abierta la boca en una pequeña "o" de caligrafía.
El rizo húmedo, como de pollito.
Andar crepitante el tuyo. Correr en tormeta nueva.
Que tran-tran tormentoso es el juego de caminar sobre la linea imaginaria de la acera que lleva a tu mundo. Al tuyo que ya es el mío porque jamás habrá otro.
Frunces el ceño y cruzas los brazos sobre el pecho. Caprichoso tu gimoteo mientras agitas las alas de la princesa única de mi cielo y mi averno.
No es amor. Es más. Es todo cuando puedo profesar en la vida lo que me llevo con cada una de tus palabras, tus sonrisas o tus sueños. Cómo este en que miro el vello suave que me hace llorar y lloro... lloro porque me da la gana y porque no puedo con este sentir que me ha arrebatado la vida esclavizándome a tus pasos algodonados en calcetines de rayas.
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