"Press here"
Los pulmones a medio gas. Sin resuello. A pedales contrariados. No me llega la piel al cuerpo desde que en sus ojos veo el conformismo que no se le puede presuponer. La certeza de su magnífca calidad me duele de tanta grandeza. Estalla contra mi pecho y ya no cabe nada dentro: de aire ni hablamos. Disparos de sal que se clavan en la carne. Bocados de bestias anhelantes de vida. ¿Y que puedo hacer?. Poca cosa, contarle un chiste, un beso en la coronilla, respirar el olor a niño puerquito, a lapiz con gomas atrás, a plastidecor y a castigo sin natillas si no te acabas las judias verdes.
Quince y bajando.
Catorce y bajando.
Trece y bajando.
¿Doce es el viernes?
Si, pero de la semana que viene.
Goteo con suspiro anexado.
Suspira otra vez. Llora lágrimas luminosas para que yo me las beba ansiosa.
La injusticia camuflada en su nariz altiva y en el chocolate de su mirada.
"¿Podré viajar a París con diecisiete años para ser mosquetera del Rey?"
"Nadie podra impedirlo".
¿Y yo?. Sólo sé contar de quince hacia atrás sin gracia alguna.
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Besos sin sombrero.